En Diciembre de 2012 la Journal of Archeological Science publicaba un artículo científico en el que demostraba que las pinturas rupestres de La Valltorta estaban ubicadas en las partes más resonantes de las cuevas.

En 1969, Alvin Lucier creava su famoso “I Am Sitting in a Room”, una de las piezas de arte sonoro más “autocontenidas” de la historia, dónde su voz sonaba, se grababa y volvía a hacer sonar una y otra vez para potenciar las resonancias y frecuencias simpáticas de la habitación.

Uniendo estos dos hechos, cuyo fenómeno sonoro subyacente es común; marcan el punto generador de “arqueoacústica”. Fusionando el experimento de Lucier con aquel misticismo primigenio en el que los primeros humanos descubrian con asombro las propiedades del mundo sonoro.

Y lo que nos parece más fascinante. Que la pintura y el arte sonoro conforman indisolublemente el arte más antiguo del mundo.

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