2 de julio de 2011. Si hay una fecha, en la historia de Musikeon, es ésa. Ese concierto fue mucho más que un loco encuentro de 42 pianistas, dos violinistas y 2 percusionistas capaces de todo: fue una forma de hacer realidad lo que parecía una utopía. Sin director, con unas partituras compuestas expresamente para que cada intérprete tuviera un espacio pensado desde y para su inconfundible personalidad, lo que hicimos ese día no se puede contar: quien estuvo ahí sabe lo que vivió. En el escenario y en la platea, con ese Palau de la Música de Valencia lleno a rebosar, aquella electricidad en el aire, aquella ovación interminable al acabar cada obra.